Mirando cada fotografía
Cual
rumiante nocturno me quedé pensando en el traje de baño azul. ¿Cómo evitarlo?
Creo que la curiosidad no sólo es de los gatos.
Dicen
que con paciencia y calma es que los burros se comen las palmas, pues así mismo
hice Yo, con paciencia santa y calma eterna me quedé mirando cada fotografía
hasta dar con aquella de la citada vestimenta, y valió la espera. Linda la foto
y sensacional la modelo.
Verdaderamente
son muchas y muy buenas las imágenes serenas que al mirarlas deleitan a
cualquiera. Quedé gratamente impresionado, se denota a leguas la destreza,
tanto detrás de la cámara como estando delante del lente. La virtud de la
sonrisa domina el escenario.
Pero, en definitiva, no logro decidir cuál de todas es mi favorita, son tantas
finalistas que todas merecen el premio de la mejor foto ser.
Mirando
cada fotografía, viendo esa sonrisa, he podido descubrir sombras y colores que
no conocía, que en mi vida sólo eran temas de fantasía, lo cual reafirma la
máxima que clama que “sólo hay que estar vivo para aprender de la
vida”, y ¡qué bueno! hoy digo Yo.
Entonces
me queda ahora la pregunta sin respuesta, la que no puedo hoy preguntar, la que
tampoco pudiera responder Yo mismo, aunque quisiera, porque aún sin tener culpa
lo bello y siendo la palabra sincera y menuda se necesita prudencia ante los
ojos del momento.
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