Un Extraño en el mundo
Cuando
la cálida brisa tropical llega hasta mi piel fría, siento la melancolía
marcharse.
Cuando
el destino me dice mentiras siento que se desploma mi vida, siento que un mar
furioso castiga mi cuerpo sin cesar.
Cuando
el sol se esconde tras las nubes siento un gran desafío, cobardía.
Dicen
que soy un solitario que sólo busca un poco de amor, que sólo pide comprensión,
que sólo espera cariño. Dicen también que soy un niño que ha madurado sin edad,
dicen que soy precoz.
Adiós
digo hoy a las estrellas, porque ellas ya no serán más mis compañeras de la
noche.
Cuando
la ira visita mi mente, quisiera dejarme llevar por ella, pero no sé por qué no
puedo.
Dicen
que soy un soñador que sueña un mundo fatal de un modo mejor.
Dicen
que soy un visitante de un país muy extraño y lejano, no saben de verdad quién
soy ...
En
mi país ya no hay canciones, todo es tristeza, todo es ambición. En mi mundo ya
no hay verdades, todo es hipocresía y falsedad. En mi barrio sólo quedan
recuerdos, todos se han marchado, todos.
Dicen
que soy un extraño en el rígido altar lejano del universo nocturno y fugaz, allí
donde descansa mi alma olvidada por las lágrimas del viento, allí descansa todo
un Yo.
Dicen
que mi casa es el desierto que no quiere ser habitado. Dicen que no recuerdo mi
nombre (es que nunca he tenido). Dicen que soy un loco, no me importa, que
digan cuanto quieran.
Y
en medio de todo este mundo tan extraño y desafiante, ahí, ahí estabas Tú, la
más bella, la más dulce, la más tierna de todas las presentes, y la más audaz y
dichosa de todas las ausentes.
Dice
la gente que te miraba como un loco enamorado, dicen que no era capaz entonces de
apartar por un segundo mis ojos de tu ser precioso.
Donde
veía ahí estabas Tú, miraba entre todos a lo lejos y te veía reír, y a veces llorar,
veía a lo azul del cielo y ahí estabas Tú reina mía, cómo quisiera despertar en
tus oscuros amaneceres cada día, cada mañana a espaldas del sol.
Cómo
quisiera dormir entre tus brazos, cómo quisiera ser tu amante, ser tu gloria y
tu cruz. Tú eres mi razón de ser, Tú eres mi mundo y mi todo.
En
este mundo perdido en la oscuridad quisiera ser tu luz como Tú eres la mía. Pero
cuando volví a mirar ya no estabas, te habías ido como una estrella fugaz, rápida
y vergonzosa escapaste al llamado de la aurora.
Dicen
que realmente te perdí porque nunca te tuve. La historia se repite una y otra
vez... Aún dicen mucho de mí.
Solitario
y despatriado pagando las culpas del destino, pensando en un mañana peor, vive
olvidado y triste en un mundo destructivo como un extraño medieval.
Extraño
de los días y el sol, compañero de la noche y la luna, distante de aceptar la
falsedad, camina por los cielos y los mares buscando el lejano sabor de la
razón.
Extraño
de la vida y la muerte, cercano militante de la verdad, acecha en la oscuridad
la voz que un día le habló de felicidad.
Esperando
el fin de la tarde, a diario, para abandonar su guardia y buscar el sustento y
el placer, teje sueños en su mente, sueños que nunca se realizarán.
Despreciado
por la primavera reclama el sudor de abril, discernido con los claveles destruye
mil plantaciones para sembrar una rosa.
En
su mente ya no hay ideas, ya no hay pasiones ni alegrías, todo es recuerdos,
sólo recuerdos. Dicen que es “L’Etranger de Camus”, dicen tantas cosas sobre él
que ya no sé qué creer.
El
recuerdo de la mañana lo va a matar, lo sé. El recuerdo de aquella noche ya lo
mató, lo sabía. Su cadáver quedó flotando en el mar del olvido, nadie, nadie
acudió a su entierro, pero murió con honor, murió como mueren los hombres...
Su
alma nunca será olvidada, su figura será esculpida en cera, por todo el mundo
lo exhibirán. Hasta que un día al caer el sol se canse de ser muñeco del mundo y
decida borrar su huella y hacerse olvidar por todos.
Nunca
buscó lo que el mundo le dio. Nunca esperó más que el olvido. Nunca esperó más
que el odio, hombre.
Escogió
una vida difícil, vida que sólo le hizo sufrir, buscó siempre placeres ocultos que
le produjeron dificultades como para querer morir.
Una
vez hubo un hombre capaz de volar, que olvidó a sus semejantes y vivió apartado
y triste de su mundo en un desértico pensar, llorando, con ideas tan extrañas
como él mismo.
Jamás
volveremos a ver en la vida un ser tan extraño y fugaz, que descubriera tantas
cosas escondidas en el tiempo y en el olvido.
Un
Extraño en el Mundo que vino de lejanos horizontes para sucumbir en medio del
silencio, en la calma de la noche que lo vio nacer.
Ya
tus ansias no vagarán intranquilas esperando ser escuchadas por el mundo para
llenar el vacío de lo desconocido.
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