Leonardo BALDISSERI ALLANIC

Dicen que cuando no puedes dormir es porque alguien está pensando en Ti. Si así fuera no sé cómo haces Tú, porque Yo te pienso a cada momento. ¿Sabes qué? No te olvido, aunque a veces lo he querido. Será tal vez porque es imposible olvidar a una persona con la que hice tantas cosas por primera vez. Puedes comer sano, ir al gimnasio, beber agua, tomar vitaminas, irte de tiendas a comprar caprichos, y todo lo demás, pero si no te ocupas de lo que sucede en tu corazón, nunca serás feliz. El orgullo nos hizo pedazos, pero esos pedazos de alguna manera siguen buscándose para amarse. Ni Tú eres mía ni Yo soy tuyo. Y sin embargo somos, Tú y Yo somos dos, dos locos de amor, de un amor de toda una vida. Si estás enojada dime, si me quieres todavía dime, si algo no te gusta dime, si algo quieres saber dime, porque sin hablar nada podemos solucionar. Quisiera que cuando pienses en Mí, si lo haces todavía, lo hagas sabiendo que aunque no me necesitas, me quieres en tu vida, junt

Hoy amanece temprano, y casi igual que siempre te he soñado, caminabas lozana, con la mirada serena y la sonrisa pintada. Pero hoy me siento raro, presiento que algo maravilloso me va a suceder. ¿Será que hoy te voy a ver? Si hoy me miran tus ojos y acaso tu mirada me dice que me extrañas, que no duermes tranquila y que cuando sueñas te despierta la soledad, no temas, que a nadie diré de tus ansias. Si hoy me abraza tu pecho y acaso tus brazos me aprietan, suspiraré de nuevo para decir que te quiero, que perdono tu olvido, que se pierda el silencio donde estaba tu ausencia. Si hoy me besan tus labios y acaso resultan ser besos usados, no te preocupes, que a nadie diré del sabor de tu boca, de cómo tiemblan tus labios cuando mi beso los muerde. Luego te confesaría sin recelo que a veces siento miedo cuando truena el cielo y no tengo unas manos que me sujeten con cariño, una mirada de consuelo, una voz que me diga que todo va a estar bien. Yo amo siempre con sentim

¿Por qué no me invitas a comer? Prometo ser Caballero. Te aseguro que puedo comer ligero y hablar poco. Es más, te propongo que nos demos la oportunidad de estar juntos, almorzar y conversar de cualquier tema mientras tomamos el café. Lo que no sé cómo podría mirarte menos, no ver los anhelos que me quieran contar tus verdes ojos. Porque no tiene culpa lo bello y tu mirada no disimula el sentir sincero de tus íntimas avideces. Aún así, ante la insospechada situación que me incita al verte sonreír, prometo ser Caballero y no tomar de improviso tus manos para acariciar tus dedos, jugar con tu pelo, abrazar tu pecho, robarte un beso. Prometo ser Caballero y no decirte cosas al oído que ericen tu piel, que despierten los deseos dormidos en tu corazón, esos que conocieron los placeres de la pasión, todo para no humedecer el momento... Prometo ser Caballero, ser paciente y condescendiente ante tu presencia cautivadora, pero después que pase lo que tenga que pasar, de Ti

¡Algún día será! Quizás ya en la tarde, de un sábado cualquiera, será que quieras decirme alguna frase de aliento. Tal vez sea más bien cosa de la prima noche, que quieras mostrar tus ojos a mi mirada, y dejar que ellos con palabras calladas me cuenten tus cosas, que me digan de tu nostalgia, de tus deseos, de tus ansias, que me hablen de tus anhelos, de esos que antes eran todos míos, y hoy sólo son los recuerdos de aquellos bellos momentos que nos atrevimos a compartir, a vivir de espaldas al tiempo, sin mirar el pasado, sin oír a la gente. ¡Qué alegría! Pensar que me amas todavía, creer que tus manos serán mías, soñar que me abraza tu pecho y que tus labios me besan, mientras contemplamos en el horizonte el ocaso, que pícaro nos dice que busquemos refugio, que nos falta intimidad para amarnos más. Sin embargo me dejas esperando tu mirada. ¡Qué pena! Se nos apagaron las luces que iluminaban los deseos de compartir los placeres del amor. Igual se queda oscura la c

Quizás no esté en la mejor posición de pedir, y tal vez nunca lo haya estado tampoco, pero has de saber que quisiera tener de Ti no sólo un lindo mensaje cada día, quisiera también sentirte presente, llamarte entre la gente, saludar tu sonrisa, tenerte a mi lado. Cómo quisiera sentir tu mirada inocente cuando llegas a mi encuentro, dejando atrás los reproches del viento de otoño. Cómo quisiera sentir el dulce olor de tu pelo alborotado, abrazándome sin prisa a mitad de la tarde en su saludo casual. Cómo quisiera sentir tu respiración relajada en mi pecho, recostada tu frente al lado de mi brazo sin temer al momento. Cómo quisiera sentir la suavidad de tu piel, acariciando tu cara risueña, contemplando el ocaso que celoso se marcha al oeste. Cómo quisiera cantarte al oído romances de antaño para reírnos del mundo, que nada comprende de amores eternos. Cómo quisiera tomar de tu copa el vino que enseña el color de tus labios tersos, esos que sueño besando en silencio cada m

Con la temperatura bien fresca por el acondicionador de aire que ya lleva varias horas encendido, se arropa completamente la Señora recogiendo las sábanas de todas partes. Se marcaba en su rostro una sonrisa franca, entreabiertos los labios se movían sin definición, como queriendo decir cosas que no se escuchaban. En su mente disfrutaba los placeres de cada anhelo guardado con celo en su corazón, gozaba dejando sueltas todas las ansias reprimidas por la distancia que el destino impuso sobre su ser. Sonreía y apretaba los párpados frunciendo la frente como si todo fuera real. Sus dientes crujían buscando explicar la pasión. Si la viera cualquiera sin dudar sabría que se trata de una sonrisa de madrugada. Con gracia movía su cuerpo arropado en la cama, desatando el lazo en su cintura y desvistiendo sus piernas hasta las rodillas, mientras sus manos con timidez acariciaban cada pliegue de su piel, como si se tratase de la primera vez que los deseos mostraran el camino del pla

Cuenta la leyenda de la vida urbana que un día cualquiera, mientras soplaba la última brisa húmeda de la tarde, aunque no se esperaba visita sonó un llamado a la puerta. Un leve toque doble se escuchó sobre la conversación de la serie televisiva. -   “¿Quién podrá ser, hoy, a esta hora?” Se preguntó extrañada la Señora. -   “¿Abrirás la puerta?” Le preguntó la voz de su Yo interior. Mil ideas se asomaban por su mente, mientras la sangre irrigaba su cerebro se llenaba su cabeza de recuerdos, de dudas, de ansias. Por un instante toda era incertidumbre. -   “¿Cómo me verá?” -   “Tal vez más vieja, quizás mi pelo no esté bien...” De repente se cuestionaba la Señora. Sin saber quién puede ser, pero deseando quien sea, la Señora se levanta despacio de la cama tomando al caminar una bata de dormir para cubrir alguna desnudez de la improvisada pijama que vestía. Paso a paso hacia la puerta sigue maquinando su pensamiento sobre quién sería la visita, y las ans

El entorno era diferente, nuevamente, distinto a las anteriores localidades. Las calles transitadas, los aparcamientos escasos y distantes, ninguna privacidad; pero ya nada importa, es tiempo de confrontar las realidades. Caminando despacio va mirando hacia el edificio marcado con el ordinal 14, justo en la segunda planta se advierte un balcón a cada lado del lugar, sin saber aún cuál será su destino busca la puerta de acceso, donde encuentra un panel con los timbres. Ya no se sienten mariposas en el estómago, ha pasado tanto tiempo que igual será sorpresa cualquier expresión: alegría, vergüenza ó repudio; al final las miradas serán las que se ocuparan de conformar el diálogo. Hay cosas que nunca cambian. Una vez en la puerta de entrada, identifica y presiona el botón bajo la marca Apto 201 , y espera un momento; pasado un tiempo prudente presiona de nuevo el botón ante la falta de respuesta. Pero sigue sin escuchar una respuesta. Mientras el Visitante espera detrás de

Gracias a la vida, misma que me ha hecho la persona que hoy soy. Humilde agradezco a las personas que me han ayudado y que me han dado cariño, porque me han hecho sensible y feliz. He de agradecer también a los que me han hecho daño, porque me enseñaron a distinguir qué de quién. La bondad me ha formado como humano y me enseña a amar mejor cada día, en cambio, la falta de ésta me han hecho fuerte y con pena me deja entender que sufrir es opcional. Nada que disturbe mi paz mental, y mi tranquilidad, deseo tener en los días que me quedan por vivir; gracias. 13-Mar/2019 (Serie Un Extraño)