La alegría triste
A veces cuando he querido mirarte
digo que es mentira, que sólo sueño
pero luego creo cuando te veo
y lo único que quiero ya es besarte.
Morderte despacio una y otra vez
hasta comerme tus anhelos, esos
que tus labios guardan con tanto celo
de tus cosas, las que sólo Yo sé.
Es que nunca pensé que te diría
que mi tristeza de hoy es tu alegría,
mirándote a los ojos Yo reía
al escuchar las cosas que decías.
Hay que ser sincero como lo soy
y tener un corazón grande y fuerte
que al latir pudo ya resistir hoy
en silencio tantas ansias de verte.
Y si hoy al verte digo que estoy triste
es quizá que no puedo ya mentir
pensando por qué alegre te sentiste
al querer ser egoísta y vivir.
Tal vez algún día, uno cualquiera,
que sea elegido por el destino
Yo podré más contarte de esta pena
que trajo esta felicidad consigo.
Quizá sentimos los dos esta pena,
una pena que ríe, que se siente
cuando una mirada sutil nos llena,
que se ríe porque llorar no puede.
Quise ver esa lágrima que canta
cuando la plenitud del pensamiento
alegre cual aventura a prisa anda
buscando acaso refugio en el tiempo.
Así quise contemplar desde lejos
cual velero que se aleja en el mar
tu partida feliz, llena de sueños
muy lentamente y sin mirar atrás.
Mas pude sólo en silencio escuchar
entre penas, miradas y palabras
sin hablar decías adiós, sin más
la risa tierna, que cauta lloraba.
Nunca pensé que podría vivir
a tu lado una alegría tan triste
dejar de lado el suspenso, sentir
que una tristeza tan alegre existe.
Porque a veces sin saber qué pensar
cuando Contigo solo estoy aquí
y luego nada más saber de Ti
se me hace tan difícil de aceptar...
30-Sep/1981
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