El payaso triste
Cuando el dolor es por dentro, duele más fuerte.
Se puede ver la pena en el rostro a pesar del maquillaje, pues en su profundidad los ojos no mienten, pero nadie sabe cómo duele el corazón cuando es a consecuencia del desamor.
Pasa el día sin miedo, la noche queda para el develo.
Adrede se oculta la alegría verdadera, y se enseña la máscara de felicidad que en cada función hay que mostrar para nada a nadie tener que explicar de lo que se siente por dentro, ya luego de unos falsos aplausos la soledad y el silencio se hacen cargo del resto, de lo que queda.
Cansado al final del acto, a solas, continúa la vida que al resto del mundo le parece ideal. Sin hambre comer algo para no desfallecer y tomar una copa de vino que haga recordar algún momento distinto, de un pasado romántico, para entonces, acaso cerrar los ojos y volver a soñar.
Improvisando humor busca el Payaso sacar sonrisas en cada espectador de un público ignorante que aplaude por instinto lo que parecen tontos desatinos, son los caprichos ensayados con antelación para convertir en alegría lo que eran simples penas, y que la función no se dé cuenta.
Llora siempre el rostro del payaso triste en su actuación, mas llora más su corazón roto que nadie conoce. La vida enseña a quien quiere aprender, a los demás le sirve de castigo el sufrimiento. Todo llega de la misma manera, como se recibe la energía es donde está la diferencia.
El payaso triste soy hoy y todavía lo seré hasta que logre aprender a ser el dueño de mis circunstancias en vez del actor de las apariencias. Al amar primero se dicta la importancia y se recibe en correspondencia la bondad que nos completa. Con paciencia y respeto al amor espero.
13-Mar/2021 (Serie Fotografía y Sentimiento)
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