El calendario
Sin mirar el calendario ya sabía la fecha, no necesita llevar cuenta de los días para sentir cómo duele la soledad, como mata el olvido, aunque a juzgar por la mueca triste en su cara pálida pareciera que la distancia ha ralentizado el pasar de las horas del tiempo, pero no, así de cruel es el destino que sin prisa pero sin pausa hace girar las manijas del reloj sin cansancio. Marcha paciente el calendario que no perdona, es implacable.
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