Las horas de tu vida
Las tristes horas del día ya están agotadas
de tanto girar las manijas de tu reloj
han mirado alrededor y han dicho que ya
basta,
y esto lo aprovecha el atardecer sin amor
dejando la oscuridad de la noche callada.
Sabes que la brisa cambia si sopla sin luz
sabes también que un abrazo cura toda pena
y además bien sabes que tu mirada es tu
cruz
cuenta lo que oculta tu palabra, es tu
condena,
las horas de tu vida son compañía azul.
Si en tu dormir tranquilo crees que te
despiertas
y sientes mi abrazo, no quieras abrir los
ojos
pretende, sin embargo, que duermes de tu
cuenta
y deja que el sueño sutil sea un bello
antojo
que se confunda lo verdadero cuando sueñas.
Si tus labios me llaman deja que griten mi
nombre
pues duelen al amanecer las ansias
guardadas,
no me digas todo lo que sabes, que soy
hombre,
me conforma saber que sueñas de madrugada
nada más tendrás que decirme cuando te
nombre.
Cuenta la antigua historia que el amor fue
misterio
hasta que supo del deseo, aún no sabemos
cuántos secretos consigo lleva al
cementerio.
No hay que ser poeta para saber que
queremos
no hace falta escribir versos para amar en
silencio.
Apenas se necesita amar, ó tal vez no,
el resto viene dentro del mismísimo envase
de toda la forma y de sí se forma el amor.
No somos fantasmas sino vivientes con clase
seres imperfectos que intentan hallar amor.
A lo lejos me mira, desde lejos me observas
el temor, quizás el rencor, te quitan la
luz
pero si cierras los ojos me sientes tan
cerca
las horas de tu vida son compañía azul,
el tiempo todo sabe y todo puede,
despierta.
17-Abr/2013
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