Quisiera decir tantas cosas
A
veces, sin más, quisiera decir tantas cosas,
20-May/1997
la
noche que me invita, calmada su presencia
que
me abraza sin miedos, y su fuerza me agota,
la
luna con su brillo que distrae mi ausencia
y
me inquieta, y me llama, y Yo quisiera decir...
Pero
una fuerza parca ata mis labios, sagaz
atrapa
las palabras, no las deja salir.
Quisiera
decir tantas cosas, y muchas más.
Hoy
anhelo tener el valor para seguir.
Mis
días se llenan de alegría, cada día,
sé
que mi vida con cada paso vale más,
siempre
voy adelante, ando lleno de osadía
camino
raudo, pero siendo sabio y capaz
aún
hay cosas que no logro comprender, vuelan
y
se anidan en mi mente como dando vueltas.
Decidido
a luchar, pero no puedo pensar,
y quisiera
decir tantas cosas, muchas más.
Decir,
aunque nadie me escuche quizá, da igual.
Mis
noches están repletas de tantas ideas
imágenes
que a veces ni Yo puedo explicar,
cual
la sangre nutrida que corre por mis venas
como
el misterio sagrado de este sentimiento,
y
ellas todas brillan a la luz de las estrellas
cual
la magia divina del veloz pensamiento,
me
persigue la mirada del amanecer.
Sí,
quisiera decir tantas cosas, muchas más.
Tantas
que no sé por dónde podría empezar.
Pero
también hay una pena que vive en mi alma,
es
una vieja amiga, es como mi compañera,
es
una pena buena, sana, que no me mata,
siempre
me respeta, y Yo fiel convivo con ella.
Pero
hace tanto tiempo que no sé cómo ya
he
aprendido sin enojo a vivir sin decirle
de
mi íntimo deseo de oírla despedirse.
Yo
quisiera decir tantas cosas, muchas más.
Porque
las penas sólo se curan al hablar.
Si
pudiera ya decir hoy todas esas cosas
el
viento sería espeso, jamás pensaría
liberado
por la profundidad de mi ser
en
callar las cosas de nuevo ¿cómo podría?
Luego
despertar, de vuelta a la realidad
y
seguir mi camino, ya ligero, sincero
mirando
a lo lejos, hasta los cielos, la luz.
Y
quisiera decir tantas cosas, muchas más.
Luego
despierto contemplar el amanecer.
Pero
Tú, pasabas cierto día frente a Mí
caminando
inocente, llana, llena de vida,
y
sin saberlo de una mirada, sonreí.
Pero
sin buscarlo, con la sonrisa cautiva
consolaste
mi desdicha, y a mi pena, aquella
que
me había ya olvidado, se hacía pequeña.
Pero
Tú no lo sabrás, y Yo así sin poder
hoy
quisiera decir tantas cosas, muchas más,
apenas
susurrarlas al compás de la brisa.
Caminar
tomado de tu mano hasta el final.
Yo
quisiera pensar en tus brazos mas no puedo.
Soñar
despierto a tu lado, todo lo demás.
Quisiera
evocar besar tus labios, pero temo.
Pretender
lo imposible, solos y sin hablar.
Quisiera
recorrer tu cuerpo, ya todo quieto.
Pensar,
simplemente, que mi vida sería otra.
Hoy
quisiera decir tantas cosas, muchas más.
Olvidar
el pasado, a lo lejos ver las olas.
Poder
sentir de nuevo el sol, la lluvia y el viento
todos
al fin alegres envolviendo mi cuerpo,
admirar
la noche, las lunas y las estrellas
agitadas
todas en lo alto riendo discretas.
Recordar
la pena, las alegrías aún tristes,
para
ya pensar en las cosas bellas que existen,
las
que nos rodean, que nos llenan cada día.
Hoy
quisiera decir tantas cosas, muchas más.
Luego
despertar, de vuelta a la realidad.
Que
me abrace tu adiós, a todo cuerpo y muy fuerte,
y
poder gritarle al viento al final del camino
que, a pesar de todo, quizás fue buena la suerte,
decir
altivo que ha sido siempre mi destino.
Porque, aunque pudiera decir todas esas cosas
diré
que será a mi manera, nunca vencido,
a
solas después, ya pensaré en las consecuencias.
Hoy
quisiera decir tantas cosas, muchas más
y
son tantas que no puedo siquiera empezar.
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