Monólogo #7
A
sabiendas de que no contestarás, me reclino a pensar un poco, y peno
desesperanzado, ¿cómo podría decirte las bellas cosas que tal vez en tu
presencia no he dicho pero que sí he hecho?
Palabras...
Las inventaron hace tiempo y a través del tiempo han seguido siendo simplemente
lo que han sido.
Volviendo
un tanto a sentir las emociones de algún sueño repetido, creo que hoy es propio
relatar en otro tiempo aquel sueño, por ejemplo, usando el futuro para cumplir
lo soñado pero sin cambiar la historia, sin cambiar los personajes.
El
lugar no importa mucho, la hora es lo de menos y si hay luz ó acaso se vive la
oscuridad, adelante.
Cualquier
ropa va bien con el desenlace, igual terminará tirada en algún lugar de la
habitación.
Una
música romántica de fondo siempre es agradable, sobre todo para no escuchar el
bullicio de la gente.
Como
sabes que soy muy tímido, tendré que esperar que des el primer paso, que me
mires en la distancia hasta que la distancia termine.
Será
abrazarte lentamente la primera de mis acciones.
Un
abrazo tierno, amplio y caluroso da más deseos de mirarte sin tiempo, sin
emitir sonido.
Me
atrevería a decirte que podría pasarme días enteros conversando Contigo, tantas
cosas quisiera contarte y sin embargo prefiero amarte.
También
podríamos combinar para hacer de todo un poco, pienso.
Sabes
también que tendríamos que comer, eventualmente.
Pero
en fin, retomando el evento... Me quedo sin aire apenas imagino cuando me
beses.
Tus
manos son mágicas cuando me estrechan para borrar el espacio entre tu pecho y
el mío.
El
perfume de tu piel me cautiva y tu cuello es el destino de besos y caricias.
Mis
labios besando tus mejillas hacen que me sienta en las nubes, y cuando tu boca
provoca mi cuerpo nada es igual.
La
risa marcada, los labios riendo, temblando de ansias, como locos de atar.
Después
de un suspiro los botones aprietan y los haces soltar.
La
carne dispuesta, impaciente, las caricias llegan rozando piel con piel... Delicadamente
tu blusa deja tu pecho a merced de mis besos, y tus senos despiertan en Mí la
furia de un volcán.
Mientras
voy mordiendo tus extremos entre besos y caricias, apenas te escucho decir que
te ame.
Que
te ame más y más, una vez y otra vez, y otra vez después.
¿Cuánto
amor nos cabe en un abrazo que es un beso y es un solo cuerpo que va y viene?
El
sudor en tu frente se confunde con las gotas que suda mi cuello, abrazando tu
espalda me vence tu cintura.
Como
sabes Yo no conozco el futuro, no sé con certeza qué será de Mí, de mi vida.
Tampoco sé adivinar qué piensas.
Tener
paz es mi mayor objetivo. Pero mi mejor sentimiento es el amor.
Me
duelen los pies, de mucho caminar
pero
he de hallar la senda perdida.
Me
duele el pecho, de mucho amar
pero
el amor es la esencia de la vida.
Los
días no terminan aun cuando incansables pasan las horas del tiempo, porque
siempre vendrán más días y todos me hablarán de Ti.
De
las noches no debo comentar, son las que me hacen soñar y me cuentan secretos
íntimos de vida y misterio.
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