Déjame conocerte

Quien guarda la verdad en su palabra tiene a veces que callar ante la vergüenza, porque no basta que sentido el verbo se diga, pues quien escucha ha de tener el oído con entendimiento, tener la Fe de la comprensión, y con entusiasmo encontrar el valor para contestar a esa verdad con propiedad.

Déjame cantar una poesía en tu ausencia
que somos apenas casi nada sin ternura,
si estás aquí me roba el aliento tu presencia,
si acaso clamas tu íntima ilusión sin testigos
quisiera humilde ser Yo esa buscada figura.

Déjame decirte ya lo que nunca te he dicho
que deambula sin consuelo mi pensamiento
porque tiene pesaroso un anhelo escondido
que guarda palabras calladas cortas y largas
y lleva consigo el mismo lamento del viento.

Una página escribí, era llena de palabras
colmada de sentimientos, todos encontrados
de frases puras, estaban también las profanas,
tantos deseos, muchos anhelos con fervor
lo cuentan todo de aquello que no hemos contado.

Déjame conocerte, tener esa emoción
descubrir si aún respira fugaz tu inocencia
saber hasta dónde llegaría tu pasión
si acaso es que tiene algún final, luego quizás
encontrar al compás de tus pasos la cadencia.

Quisiera pedirte que me puedas perdonar
que me lo digas todo en una larga mirada
saber si cerrarás ya los ojos al besar
conocer de ti cada parte, cada sentir
hacer que se queden mudas todas las palabras.

Quiero estar a solas Contigo, ya ser feliz
sin luz de espaldas a la cama anhelo tenerte
buscar abrazados la respuesta de vivir
que nos cuenta con ansias ratos de alguna historia,
todo muy despacio, ya déjame conocerte.

Así  quiero por siempre llevarte en mi memoria
con este romántico recuerdo que susurro
que sin pesar nos hechizó hasta alcanzar la gloria
y nueva vez tomar entre mis manos las tuyas
y ceñir contra mi pecho sensibles los tuyos.

Quiero contemplarte en la habitación toda oscura
saber cuánto late por pasión tu corazón
sentir de tus labios húmedos toda frescura
darte sagaz de mi cuerpo todos los anhelos
por saber cómo corre por tu cuello el sudor.

Deja a un lado las ropas y con todo empeño
déjame descubrir lo que guardas en tu piel
en sus adentros desnudos con eterno celo,
y te contaré sin palabras cómo te siento
ya tus piernas entre las mías, ir y volver.

Déjame medir todo el calor de nuestros cuerpos
hasta atrapar de tu entrega el último gemido
Yo ser el dueño de tan reservado momento
que decora la pasión, que tanto te hace bien
los dos equipararlo en un único suspiro.

Déjame oírte, mirarte y decirte quién
ha logrado detener hoy las horas del tiempo
ante la quietud divina, fugaz esta vez,
Yo te contaré tiernamente cómo se escucha
ese grito de placer de un éxtasis eterno.

Déjame conocerte, no busques más excusas
rompe la distancia que me marca tu mirar
que tu piel toda henchida y la mía se confundan,
Yo te diré dulcemente cuánto se te nota
el agotamiento después de amar, y amar más...

El tiempo es el único que todo lo sabe y todo lo puede, Yo confío en él.

También confía el que ama, así el que llora perdona y aquel que está lejos calla, porque sólo puede sentir que a pesar de la distancia y del silencio los latidos del corazón no cesan de llamar un nombre, que los labios temen mencionar, pero que los ojos buscan en cada escritura.

2-Jun/2006 (Serie Una Historia)

Comments

Popular posts from this blog

Me deleito con tu personalidad

Maroteando

El Gato entendió