Llegaste un día

Llegaste un día

Empezaba el otoño sin hacer mucho ruido (que, a propósito, es mi estación favorita), así llegaste también Tú, silente cual viento del sur, sin hacer alboroto ni señas, pues todavía las hojas no caían al piso; entonces, todo marchaba natural, pasaban los días sin prisa ni espanto.

Llegaste un día a mi vida, no me di cuenta, aunque es tu nombre de grandeza ni siquiera te esperaba, quizás era aún de madrugada y dormía todavía; ya luego pude comprender que el cambio horario te favoreció, sí, me parecía raro encontrar tus mensajes tan temprano, Yo que madrugo.

Llegaste un día saludando alegre, no había prejuicios ni cálculos predictivos, diálogos triviales resultaron amenos, simplemente la conversación fluía rauda, sin ilusiones llegamos a un encuentro casual, apenas un helado, unas risas, sin embargo, un viento apagó cualquier chispa.

Llegaste un día, empero no te quedaste, será que no encontraste aquellas comodidades habituales que hacen tu vida más fácil, al menos ante las apariencias; no dijiste qué buscabas, tampoco adiviné Yo, no sabía qué ofrecerte, y sucede que quien no sabe lo que busca nada encuentra.

Tal vez antes del ocaso llegué otro otoño, quizá con lluvias, quizá callado, y acaso también vengas Tú, esta vez diferente, sin mirar el pasado; nada es imposible cuando la Fe nos acompaña, y pasa que a veces se encuentra el amor sin siquiera buscar, más cuando se muestra bondad.

10-Sep/2022 (Serie Alejandra)

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