Digno trabajo
Tenía las manos casi desechas, sus uñas perdían el vistoso esmalte rápidamente con el trajinar impaciente, algunos nudillos parecían golpeados de tanto empuñar con firmeza los utensilios en proceso de limpieza. Su piel se arrugada mojada entre el calor y el frío de las aguas de cada balde mientras el sudor en su frente corría agitado en todas direcciones, goteando además como si fueran lágrimas de llanto por sus mejillas. Tal vez también las había llorado y nadie lo había notado. En silencio hasta terminar.
Digno es el trabajo cuando se hace toda vez con amor y resuelta dedicación, cuando se completa con ahínco para sentir la satisfacción del deber cumplido, aun sin ser siempre agradecido. Un digno trabajo deja un digno resultado cuando se tienen motivos y no excusas para terminar la labor sin dudar, sin alegar cansancio ó incompetencia. Esa digna mano servil no puede ser retribuida con un simple pago en moneda de curso legal, sólo el cariño es capaz de recompensar ese sacrificio que con bondad nació del alma.
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