La tarde discreta empezaba a recoger sus nubes para irse a occidente en paz y justo al borde del mar la brisa de dirección ya quería cambiar, entonces atrapada por la cámara de un celular sutilmente sonreías sentada tratando de disimular el deseo de posar. ¡Qué lindura tu cara angelical! Ingenua inclinabas la cabeza despeinando tu pelo suelto quizás para llamar la atención, acaso olvidando que de piernas cruzadas tu postura es digna de grandes halagos, que no es lo mismo sentarse bien que saber cómo hacerlo. Sentada al borde del mar sin tanta ropa cubriendo tu cuerpo cuando llegue la noche sentirá frío tu piel, si brillara la luna y no encuentra tu espalda un abrazo cambiaría tu sonrisa, tus piernas y tu pecho tendrían que tener abrigo para evitar mostrar más. ¡Qué imponente tu figura corporal! El pulcro cuido de tus manos, y también de tus pies, denota amor propio y compromiso, es pleno deleite para cualquier Caballero que entiende cómo una Dama se cuida, y mejor será callar de...
Placer y risas Nunca pensé Yo que la risa y el placer se pudieran combinar (y hasta confundir), en medio de una ardiente pasión entre enamorados, hasta que me sucedió un día, sí, gozando y riendo a carcajadas todo he comprendido. Placer es sinónimo de alegría, entonces, da igual gemir que reír. 21-Sep/2022 (Cortos de mi enamorada)
♦ Abuelo, ven, que me duele una pata. ♣ A ver... ¿Qué te pasa? ¿Dónde te duele? ¿La pata blanca es la que te duele? ♦ Sí, esa, no puedo apoyarme de ese lado, me duele mucho, estoy cojo. ♣ Ven Tomás... Déjame revisarte... ♦ ¡Suelta Abuelo, que me duele! ♣ No parece que está zafada del hombro ni del codo. Ven, dime... ¿Qué te pasó? ¿Te caíste de una pared alta? Dime la verdad. ♦ ¡No! Bueno... Sí, pero me empujaron. ♣ ¡Oh! Estabas pendenciando en la pelea de la madrugada, ¿verdad? Oí unos gritos. ♦ Un gato grande pasó corriendo y me tumbó, y me caí para la calle, y no pude agarrarme de nada, y Fred riéndose, ese... ♣ Pata Prieta, te he dicho que tienes que tener cuidado, todavía eres un gato joven y no sabes bien andar por paredes altas. ♦ No fue mi culpa Abuelo, yo estaba mirando de lejos. No me meto en pleitos. ♣ Bueno, mañana te llevaré a donde la veterinaria para que te chequeen bien. ♦ ¿Qué? ¡No! No Abuelo. Ven, ponme una curita y abre una comidita de lata, que yo me sano pronto, ver...
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