Maroteando Cuando todos duermen la Casa está quieta, sólo el silencio me habla, pero luego se van levantando y cada quien va poniendo un ruido continuo al que llaman música, menos el Abuelo que cuela café y oye unas supuestas noticias, así se queda viendo el Celular. ♥ Abuelo ¿y ahora cómo me hago? Hasta los lagartos se han ido del patio, están encaramados todos en las matas, y yo no me puedo subir tan alto. ♠ Piccolo, la vida continúa y ahora que todo está limpio ya puedes aprovechar para andar por todos los rincones. Parece que el Abuelo como que no entiende la vida silvestre, hasta las babosas se fueron, aunque eso sí es bueno para el huerto. ♠ Dime Piccolo ¿y que tú haces comiéndote la comida de los perros? Conque maroteando ¿eh? ♥ Dime Abuelo, son cuatro bolitas que me estoy comiendo para que no se dañe esa comida. Además, ellos son mis primos como Tú me dices y tenemos que compartir ¿verdad? ¡Ja! Le di al Abuelo medicina de su propio chocolate (ó como quiera que se diga). Total, ...
Me deleito con tu personalidad Miro tu fotografía y me pongo contento, me gusta lo que veo. Pero cuando llego a tu encuentro y te veo, al verte a cuerpo entero me pongo nervioso, dudo de mi cordura ante tu belleza, ante tu hermosura, pero al cabo de un rato recupero el aliento y me deleito con tu personalidad. 10-May/2023 (Cortos de un enamorado)
Entonces ya acostada con una pijama nueva puesta pensé llamarlo, pero no, entre las dudas, el orgullo y el poco deseo de hablar del pasado las horas se fueron quedando sin tiempo, y sin darme cuenta después ya estaba Yo durmiendo. ¡Qué ironía! Durmiendo sin tener sueño y sin soñar tampoco. Tenía en verdad deseos de conversar con Él un rato, antes de dormirme hoy, de cualquier cosa, escuchar su voz un momento y quizás toda la noche, ¿por qué no aceptarlo ahora? Pero sólo me quedó marcada una sonrisa triste entre los labios cuando cerré los ojos y se quedaron mis dedos apenas tocando el teléfono sin escribir su nombre, ese que nunca pronuncio y todavía no entiendo por qué, pero simplemente no puedo, mi boca no articula y mi garganta se queda muda. Son varias ya las veces que me vence la indecisión de decirle cosas que decirle no debo, es todo un dilema saber lo que quiero y sentir todo lo que en verdad quisiera. Así soy prisionera de las ansias locas de tener un día sus b...
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