A solas con el Silencio
Conversando
a solas con el Silencio un día:
- “¿A
qué le temes?” | Me preguntó.
- “A
la vanidad” | Le contesté.
- “¿Qué
te asusta?” | A seguidas cuestionó.
- “Mirar
todo lleno de nada” | Enseguida le repliqué.
- “Sólo
ignora las cosas vanas” | Agregó sonriendo.
- “Es que no somos nadie en solitario” | Terminé diciéndole.
Entonces
El Silencio bajó la mirada y enmudeció.
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