El mar nos vio, y luego calló.
Las
frases fueron confusas pero el sentimiento era puro, y por un momento se perdió
todo el sentido de las palabras, y aún cuando nunca se perderá el amor fue duro
escuchar de un adiós.
Mas
nuestro secreto querer como las aves de la noche voló sin pensar en la
distancia que separaba sus plumas del nido que nuestros corazones han hecho con
el sentimiento.
Y de
las discretas palabras sólo pudo ser el viento el testigo con la prisa que
llevaba mi querer cuando Tú esperabas una respuesta de amor.
Sólo
la noche sabía de tu estancia perdida, y las estrellas, sólo ellas podían
decirme cómo hallar el camino hasta tu imagen divina, la que siempre lozana
vería.
Y
fuiste Tú, y nadie más, con tu sonrisa siempre bella la que una noche me hizo
pensar.
Y
fue tu ternura, y nada más, siempre natural y sincera la que una noche me hizo
olvidar.
Tu
encuentro me llena de felicidad, más cuando estamos solos los dos, y aún cuando
la noche nos ve la luna se ríe al vernos así, y las estrellas celosas ven el
brillar de tus ojos preciosos, de tu claro mirar.
Yo
no sé por qué ó cómo, pero Tú me haces hacer cosas que luego no puedo explicar,
y siento que te quiero, que te quiero de verdad, porque eres sencilla y natural.
Las
palabras que huyen el destino las atrapará, pero esta noche quiero decirte sin
temor ni remordimientos que te quiero, y te quiero de verdad, y aunque decirlo
no puedo, hoy lo digo.
Tus
besos son divinos, tus labios son increíbles y todo lo que pensamos se pierde en
un abrazo muy fuerte, de amor. Tu piel es tan suave que mi piel se eriza al
sentirla.
Sólo
hubo una mirada a lo lejos, que de cerca se reía, era el mar que nos veía y
luego calló al escuchar que Tú me mirabas y Yo confesaba mi amor por Ti.
12-Jul/1997
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