A mi Rosa de Marzo
Es tristeza lo que hay en mi interior
una tristeza distinta y profana
que ya no soporta mi corazón.
Sí, Yo aún llevo en el alma encerrada
la triste pena de estar siempre triste,
es esa pena profunda y callada
que de estar oculta ya es invisible,
no sabe qué decir, está guardada.
Tiempo para compartir con las penas,
tiempo, es tiempo para vivir la vida
lo que nos hace falta y nos condena.
Mi Rosa de Marzo, mi amiga de antes...
¿Qué pudiera ya decirte de nuevo?
¿Qué podría ya tratar de explicarte
si hoy el daño a la alegría ya está hecho?
No pude vencer al tiempo ni hablarte.
Te escribo sin remedio ni perdón
por Ti, mi adorada Rosa de Marzo
cómo quisiera evitar el dolor.
Hoy pudiera llorar, si con llorar
solucionaría algo, pero sé
que el llanto no es el aliado a llamar
para enfrentar las cosas del querer,
el dolor que siento invita a llorar.
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