Leonardo BALDISSERI ALLANIC

Caminabas distraída, tranquila Yo esperaba tu llegada paciente el tiempo no marcaba aún la cita, sin quererlo te vi desde la esquina pero hoy tu mirada fue diferente. Entre los verdes prados sin espera en la mañana salen las narcisas discretas develan la primavera, así siempre son ellas las primeras que se destacan todas amarillas. Busco cada día alguna palabra que me hable, que me diga de tu risa de aquellos anhelos de madrugada que sin querer tus ojos me contaban, aunque sea ya una frase perdida. Al fin hasta mi lado caminaste la paciente espera ya terminaba y con cierta sorpresa me miraste, a pesar de todo en hora llegaste sin saber acaso que te esperaba. A veces nada parece real otras veces nos asalta la noche guardándose todo en su oscuridad, profana oculta toda la verdad: los anhelos, la pasión, el derroche. Aún hoy busco una frase perdida aunque tengo la memoria completa ya sin ceremonia ni despedida tu mirada ági

Si puedes, perdona mi forma de ser si acaso Yo he cambiado tu risa en llanto, por entrar en tu mundo así, sin deber. Yo sin saberlo te pienso tanto y tanto por creerme que la ternura siempre es... Si a veces, así callado, te he mirado más allá de tus pupilas, con fervor tan dentro de Ti, que aún sin entender sin saberlo sientes temor, por favor si puedes, perdona mi forma de ser. Perdóname, Yo sé que he sido egoísta perdón te pido, no busques un por qué porque he pensado mucho en Mí y poco en Ti no pude Yo solo consolar mi vista un día te vi, simplemente te vi. Si a veces acaso te he dicho palabras que no sabes cómo siquiera explicar que te cuentan esas cosas del querer desatinos que no has pedido escuchar si puedes, perdona mi forma de ser. Tenerte así prisionera entre mis sueños sin el concurso de tu permiso fiel nunca será buen ejemplo del empeño, si sólo en tristezas vive tu retrato por favor perdona mi forma de ser. Y si

¡Qué agradable sorpresa! La tuve Yo temprano esta tarde... Y no lo digo porque vi tímidos unos ojos cuidadosos, ó porque hemos tenido unos casuales testigos que con piedad la distancia marcaron celosos, sino porque hasta hoy nadie, nunca con tal cariño me había hecho un regalo tan caro, tan precioso. ¡Qué agradable sorpresa! Poder verte así: tan risueña, siempre lozana. Y digo precioso y lo quiero decir así con la alegría aún triste y por demás lejana por lo mucho que aprecio presentir y vivir en plena armonía con la sincera palabra que rima en consonante con todo su decir. ¡Qué agradable sorpresa! Poder verte, quiero decir como la mujer. Y digo precioso y lo debo decir sin más porque me llenan tanto los verbos del saber y porque me brindas así la oportunidad de decirte cosas de la vida y del querer aun cuando ya sé que no te debo besar. ¡Qué agradable sorpresa! Verte y conversar, al marcharme poder llevarme tan preciado material de u

Quien guarda la verdad en su palabra tiene a veces que callar ante la vergüenza, porque no basta que sentido el verbo se diga, pues quien escucha ha de tener el oído con entendimiento, tener la Fe de la comprensión, y con entusiasmo encontrar el valor para contestar a esa verdad con propiedad. Déjame cantar una poesía en tu ausencia que somos apenas casi nada sin ternura, si estás aquí me roba el aliento tu presencia, si acaso clamas tu íntima ilusión sin testigos quisiera humilde ser Yo esa buscada figura. Déjame decirte ya lo que nunca te he dicho que deambula sin consuelo mi pensamiento porque tiene pesaroso un anhelo escondido que guarda palabras calladas cortas y largas y lleva consigo el mismo lamento del viento. Una página escribí, era llena de palabras colmada de sentimientos, todos encontrados de frases puras, estaban también las profanas, tantos deseos, muchos anhelos con fervor lo cuentan todo de aquello que no hemos contado. Déjame

Si acaso la lluvia sorprende con sus gotas nuestra cita, no corras a buscar refugio, deja que ellas mojen todo tu cuerpo, deja que te acaricie la naturaleza, deja que luego el calor un poco te seque, que mis ojos sean dueños de un rato así tierno, así íntimo, déjame ser testigo secreto de un amar de ensueño. Siéntate conmigo, por un momento verás que será todo diferente deja ya salir aquel sentimiento que yace atrapado en tu corazón suspira sin querer, discretamente. Ven siéntate aquí, hablemos de pasión y al cerrar los ojos abre tu mente esta vez no busques una razón para explicar por qué te sientes llana respira una y otra vez, suavemente. Despacito, que se te cansa el alma di todas tus ansías, de repente sentirás que el viento trae la calma al tomar entre las tuyas mis manos y suspira otra vez, muy tiernamente. Por favor perdón, si te miro tanto que te sienta mía entre tanta gente me llena de emoción, y no sé cuanto durará esta culpa de