Leonardo BALDISSERI ALLANIC

Realmente, amarnos no es un problema, pero reconocer ese amor, como tema sí lo es... Es como sentir una fuerza desconocida que nos impulsa hacia el otro, y sin pensar, sin saber por qué nos sentimos bien. A veces fría como el hielo y seca como el desierto, mas otras veces, algunas, amable, cariñosa y sensible. Temerosa de entregar tu interior a las páginas del mundo. Pacífica y tolerante como cualquier flor, pero a veces testaruda y orgullosa. Temerosa de entregar tu confianza a otra persona, a un extraño, sólo por temor al engaño que una vez visitó tu ventana. Pero a pesar de todo lo hecho tu corazón grande y bueno reluce bajo tu pecho cual triunfante guerrero. Siempre tratando de forjar un ideal que responda tus misterios, que te saque de este mundo y no permita que despiertes de tu sueño. Posesiva, pero al mismo tiempo encantadora y afectuosa, siempre fiel al mismo ideal, siempre andando sin descansar. Sin querer, a veces, lanzas palabras de ofensa s

Pasaban los días mientras el viento seguía gimiendo. La Noche en su oscuridad profanada dictó su última frase de despedida. La Luna, triste y cabizbaja abandonó su lugar en el cielo y un tenue rayo de luz melancólica de tono dorado y tímido relucir despertó al aura del nuevo día. Las aves y las flores de repente despertaron y comenzaron a cantar y a perfumar todo el globo. El señor Mar empezó a mostrar sus reflejos cual diamante esplendoroso.  El Rocío matutino dijo presente y besó la tierra y todo. Reinaba la madre Armonía brindándose con orgullo por doquier. Y el Sol inmenso y soberano de entre su nido de nubes despertó, y repartió su luz y su calor a todos los rincones del planeta.  Se paró desnudo y sin pudor en el pleno azul del cielo, cual rey todopoderoso en su trono, grande, majestuoso, cual monarca de ferviente calor y divina luz. ¿Por qué luego te cansas de ostentar todo tu triunfo en lo alto del cielo? ¿Por qué te rindes ante el occidente y con trist

Tímida como una gota de rocío. Siempre de esconderte a mis ojos has tratado, mas en vano. Disfrazada de timidez con máscara de fatalidad te presentas ante el mundo. Amable, pero a la vez rencorosa, cautelosa y con temor de amar, perseverante y curiosa, pero temes abandonar la vida que sigues hoy temiendo fracasar si no te resulta feliz esa nueva vida... Lo sabes, lo sé. Venus te dio la belleza, pero también caprichosa te hizo. Tu alma un día quiso olvidar una parte de tu ayer, y Tú también lo quisiste, mas tu corazón no pudo hacerlo y continuó con su pena de amor cual incesante latir... Es ahora cuando comienzas una vida diferente, pero que Tú necesitas mucho más. Tus oscuros ojos no dejan que nadie en tu alma entre, pero ellos hablan, y Yo los escucho. 15-Sep/1983

No de recuerdos ingratos dejas la huella de tu paso en la senda de mi vida. Amiga de mi vida, mi Rosa de Marzo, realmente mi amiga. El mes de marzo es nuestro, mas seis años sepáranos. Tu signo es el mío y tu alegría llama al encuentro y mi bondad te pertenece. Amiga de corazón, compañera de divinos momentos, mi pañuelo de lágrimas, mi paloma mensajera... Mi consejera de amor, confesora de mi alma. Tú, querida y fiel amiga escucha hoy mis humildes palabras, salidas del rincón más sagrado de éste, mi corazón. Palabras de elogio te llaman, palabras que tu cariño se ha ganado, donde quiera que vayas mi pensamiento te acompañará y sincera mi amistad siempre tendrás. No importa cuán lejos estés tu imagen no conocerá mi olvido ni tu obra se perderá en lo infinito. Seré siempre el mismo, lo sabrás. Tus palabras llenas de sabiduría, siempre presentes en Mí estarán para decirme cómo triunfar cuando el fracaso me acose. Mi Rosa de Marzo, mil veces bella, no de aventuras

Hoy, después que largo tiempo ha pasado, te he visto y al encontrar entre la gente tus bellos ojos sólo me bastó con la mirada de suspiro para escuchar tu alma triste y comprenderlo todo. Ayer Yo soñaba ilusionado entre tus brazos tanto como hoy sin consuelo lloras mi partida. Yo era ayer tu futuro y hoy Tú eres mi pasado sin darnos cuenta nunca tuvimos despedida. Cuando sin querer nos separarnos aquel día ambos perdimos mucho, demasiado tal vez la Una menos, quizá el Uno un poco más, diría y mejor lo sabes Tú, también bien Yo lo sé. Hoy, Tú lloras aquel adiós triste tan callado igual que ayer pícara reías al amar, al igual Yo con ansias anhelé aquel pasado lo piensas y tal vez hoy quisieras regresar. Sabes que fuiste todo para Mí, tan preciada como el más caro diamante con eterno brillo. Mas hoy eres muy triste, estás sola y desdichada cual rosa marchita y deshojada sin pistilo. Hoy, no me perdones si me culpas por tu error, sólo te