El mar nos vio, y luego calló.
Las frases fueron confusas pero el sentimiento era puro, y por un momento se perdió todo el sentido de las palabras, y aún cuando nunca se perderá el amor fue duro escuchar de un adiós. Mas nuestro secreto querer como las aves de la noche voló sin pensar en la distancia que separaba sus plumas del nido que nuestros corazones han hecho con el sentimiento. Y de las discretas palabras sólo pudo ser el viento el testigo con la prisa que llevaba mi querer cuando Tú esperabas una respuesta de amor. Sólo la noche sabía de tu estancia perdida, y las estrellas, sólo ellas podían decirme cómo hallar el camino hasta tu imagen divina, la que siempre lozana vería. Y fuiste Tú, y nadie más, con tu sonrisa siempre bella la que una noche me hizo pensar. Y fue tu ternura, y nada más, siempre natural y sincera la que una noche me hizo olvidar. Tu encuentro me llena de felicidad, más cuando estamos solos los dos, y aún cuando la noche nos ve la luna se ríe al vernos así, y las estrella