Leonardo BALDISSERI ALLANIC

¿Qué pasa con las pequeñas flores que florecen en el desierto? ¿Dónde mueren las bellas mariposas que vuelan en el desierto? Algún día, cualquier día, no importa cuál, no quedarán metas ni caminos por recorrer... Dos reyes en la distancia, lágrimas y lamentos. ¿Eran dos reyes de verdad? ¿Hay reyes en el desierto? Y mis ojos no mienten cuando dicen que te amo, y tampoco mis labios pueden ocultar mi amor por Ti. Y si llueve o hace frío mi piel se une a la tuya, río en silencio...  ¡Sólo de pensar! Porque Yo sólo sé de amar… El amor es hermoso, y más hermoso es amar, amor de la tierra del recuerdo, amor de la tierra del saber. Más allá del horizonte, allá donde muere el arcoíris, allá donde hay paz y amor, allá donde espera Juan Salvador... Ahí, ahí estaré esperándote. ¿Título? ¡No! Gracias... No quiero títulos que digan al mundo que te quiero. Los hay quienes dicen que amar es amargo, ¡y a veces lo es! Porque el amor es extraño. También suelen dec

Y volverá lo extraño, lo fugaz... ¿Qué hubiera sido de mi vida hoy? Tal vez... Quizás... No lo sé. Y volverá la oscuridad, el silencio, caerán del cielo las palabras que me hablen de amor, y tal vez no podré oírlas. ¿Mi sueño será eterno? Todo lo que puedo hacer es volver a empezar mi vida, a caminar nuevamente recorriendo caminos de azar en busca de amor y comprensión. Seguiré recordando tu imagen ligada a mi destino, entre llanto y alegrías pronunciaré tu nombre y sólo tendré que pensar en Mí. No puedo continuar la lucha contra algo que no puedo ver, no puedo crear sentimientos nuevos, solo tendré que marcharme y dejar que tu vida continúe su paso lento e inseguro. La soledad volverá a Mí, la historia se repitió, sólo pude volver a vivirla sin otra oportunidad de cambiar su sentido, su curso. ¿A dónde llegará mi vida? Algún día dejaré de amarte, ¿Lo crees? Seré feliz lejos de Ti, ¿Estás segura? Juré que nunca te olvidaré, ¿Lo haré? Sabré que fuiste Tú

Ingenuo quise pensar que podría con celo ocultar mis ojos al mundo, y no sentir tanta melancolía si al verte un día me quedaba mudo. Inocente quise pensar sin miedo que podría tu imagen olvidar, abrazándome solo de mi cuerpo, cantando trovas por creer volar. Candoroso quise pedirle al viento que se llevara muy lejos de Mí tu aroma de mujer, que es un lamento como si estuvieras aún aquí. Crédulo quise pensar que tu risa nunca jamás así la escucharía regalándole al mundo esa sonrisa toda llena de Ti, con tu alegría. Siempre Yo quise tener en mis manos esa fuerza para soñar dormido poder revivir sin penas ni llantos todo lo bello que tuve Contigo. Hoy quise robarle al amanecer un instante mojado del rocío para poder recordar en tu piel aquel calor húmedo que fue Mío. Quise llorar, egoísmo maldito el de tenerte sentada a mi lado donde Yo estaría feliz, tranquilo, sin notar que mirabas hacia abajo. Un día quise pensar qu

El sol indica el momento, la mirada elige el lugar y la sonrisa dice que sí... La noche susurra... ¡El Amor! Las palabras se cruzan, la luna enseña con su luz el lugar precioso, seguro, íntimo, la mirada tímida... ¡Ella! La vergüenza aparece, no sabe qué decir. La risa, las neuronas. La noche susurra... ¡El nido! Las miradas se cruzan, las palabras no salen como esta mañana prestas solían salir de tu alma. La fruta del deseo está madura, hay temor en tus ojos, hay temblor en tus manos, las neuronas te hacen vibrar. La noche susurra... ¡El momento! El temor a lo desconocido, experimentar sensaciones nunca antes imaginadas, lograr alcanzar el placer que siempre se ha soñado y que responde al amor. La Noche Susurra... ¡El placer! Satisfacción, orgullo, deseo, el nido de amor está listo. La noche susurra, y el susurro dice tu nombre, y tu nombre calma mi sed, la sed de mi amor, esa sed que no descansa, que no acaba. Hay un susurro en la noche tras mi ventana, l

Su vuelo despacio, calmado, lo lleva por el mundo como turista profano conociendo los secretos del amor y de la felicidad. Sus alas como doradas vuelan desapercibidas ante el mundo en la grandeza de la sociedad, su vuelo calmado, despacio, muestra su sabiduría. Este amor es como una gaviota... Su caminar pausado, lento, siempre continua cauteloso en medio del silencio mágico del parque más estridente. Todo lo que debe hacer es continuar su vuelo tan seguro como el mismo sol que despierta cada día a orillas del horizonte oriental. El tiempo es la clave... Seguiré volando calmado, mi andar con paso lento, pausado, seguirá despacio en el tiempo sin afán de terminar su vuelo. El cielo, el más alto de todos, es su hogar, su guardia. Un vuelo inesperado (un día de noviembre, lo recuerdo) emprendió una gaviota. Y aún en lo fugaz y extraño de aquel inesperado vuelo aún respira con pureza todo el sentimiento de un amor, aún y para siempre vuela. Por los cielos, sobre el

Hay una luz en mi ventana, una luz blanca y cristalina que refleja la pureza de un rayo de la luna. Hay una luz en mi ventana y cada vez que la miro mis ojos parecen embusteros, mis ojos ven tu imagen parada frente a Mí, tierna, mirándome a los ojos deseosa de besarme como nunca antes lo hicieras. Hay una luz en mi ventana que me dice que me amas y que extrañas mi calor estas noches frías de diciembre, cuando sólo nuestras mentes están unidas en el tiempo, y nuestros cuerpos, enfriados por la distancia malvada, piden el calor de un encuentro menos fugaz que una estrella. Hay una luz en mi ventana que no se apaga nunca, ni en las noches ni de día, esa luz bella y expresiva que ilumina mis retinas no es otra que el amor. Una luz en mi ventana cuida mis ansias todas, y me dice de alegrías tantas para mi corazón escarlata, alegrías que llevan tu nombre y gritan al mundo este amor. La luz de mi ventana es divina, eterna, ¡es bella! Hay una luz en mi ventana y grito qu