Leonardo BALDISSERI ALLANIC

Hoy muy dentro de Mí late una pena insaciable, es mi corazón que sufre por Ti, es aquella noche inolvidable que me hace sentir así, a pesar de decirme despreciable hoy me duele estar lejos de Ti. Ayer te quise como nadie puede querer, hoy te agradezco, me hiciste bien, porque ahora sé perder, y sé querer Yo también. Pero hoy en mi alma nace una esperanza, que pronto traerá la calma que tiene mi vida añoranza. Hoy nace en Mí un nuevo Yo que cambiará todo dentro de Mí, porque Yo nací ese día en que te conocí. Hoy hay en mi vida un algo por qué vivir, y un algo por qué sufrir, hay una luna escondida que pronto podrá descubrir mis noches sin vida 30-Abr/1981

Para un hombre y su vida hay cosas más importantes que el amor de una mujer, que la tristeza, la esperanza, el hambre, que la soledad o la vida misma; son más importantes para un hombre el cariño y la comprensión de la mujer. Para un hombre saber si lo quieren o lo odian, sólo tiene que mirar a la mujer, y en sus pupilas descubrir la verdad, no es difícil comprender por qué lo quieren o lo odian. Para un hombre poder olvidar el amor de una mujer, es necesario ese amor remplazar por un fuerte querer, que sólo algunas saben dar. 29-Abr/1981

Allí, donde crecen las flores silvestres, allí donde aparecen aires de hermandad, allí donde se aspiren aromas campestres, allí viviremos una eternidad. Buscando hallaré un día una luna de paz y felicidad, una playa llena de alegría, donde no habrá vanidad, donde sólo reinará la armonía. Allí viviremos una eternidad. Mirando hacia el horizonte pude descubrir la verdad, como se pueden unir dos almas por lealtad, para amar, para así juntos vivir, así viviremos una eternidad. Cuando el sol no brille más y el mundo comience a vivir una vida nueva, que jamás, había soñado, sin reír, sin rezar, sin llorar, sin más que una noche para morir, como un nuevo sol brillarás para realmente vivir, para que nazca la amistad, para que haya lealtad, así viviremos una eternidad. 25-Abr/1981

Un día de verano por mera obra del azar se unieron nuestros destinos para bien y para mal, pero en vano crecen bosques de pinos. Bosques de pinos crecieron, grandes y esbeltos ya relucían, y cuando hombres los vieron poco a poco sin piedad morir los hacían. Tras una alta colina bosques de pinos habían, mientras tras la esquina dos enamorados sin pudor se querían. A la orilla del lago bosques de pinos crecían, ya como un noble pago nuestros nombres aparecían en el tronco de un pino, donde otros nunca estarían. Los rayos del sol relucían entre los bellos pinares con un brillar que sólo podían tus bellos ojos superar. Si la belleza en la naturaleza fuese tan hermosa como tu mirar, me osaría vivir en la maleza de los bosques de pinos Contigo por toda una eternidad. Cuando la tristeza de la noche invade el bosque de pinos se rebosan las copas de vino. Baja de un coche una pareja, amor divino. 24-Abr/1981